Autores: Dr. Bismarck Pinto Tapia y Oscar Amado Urzagasti Saldias
RESUMEN:
La violencia y el maltrato a mujeres y niños en la familia no es un fenómeno aislado. En Bolivia alrededor del 40% de las familias han sufrido algún tipo de violencia. La mayoría de los niños y niñas de estas familias han sido testigos y víctimas de actitudes violentas en el hogar (subsecretaría de Asuntos de Género, 1995).
El término “violencia familiar” alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de una familia (Corsi. 1994). Por tal motivo la violencia intrafamiliar es un fenómeno complejo, multifacético y extendido: violencia conyugal, maltrato infantil, abuso sexual intrafamiliar, maltrato a personas ancianas y a discapacitados son algunas de sus manifestaciones más frecuentes. También se puede encontrar que la violencia familiar se da en todas las clases sociales y en todos los niveles socio/educativos. Adopta diversas formas: maltrato físico, abuso sexual, abandono, negligencia y maltrato psicológico (Corsi, 1994).
La violencia familiar se constituye en uno de los problemas sociales que moviliza a diversas organizaciones sociales – fundamentalmente feministas- con el fin de lograr que el Estado Boliviano reconozca como un problema de orden público y no de índole privado.
Corsi (1994) considera a la violencia como una situación en la que una persona con más poder abusa de otra con menos poder, la violencia tiende a prevalecer en el marco de relaciones en las que existe la mayor diferencia de poder. Los dos ejes de desequilibrio de poder están dados por el género y por la edad.
La violencia conyugal es considerada un problema individual y es asimilada como parte de la dinámica de la relación amorosa de la pareja. En muchos casos es vista como un reajuste o una reeducación necesarios que debe realizar el hombre, como parte de las diferencias “naturales” atribuidas a los sexos y en nombre de los cuales se asume como
natural esta relación asimétrica, y que por tanto debe ser aceptada sin cuestionamiento (Camargo, 1999).