Locura y psicoanálisis, a propósito de Pierre Riviere, una parricida del siglo XIX

Autor: Lic. Juan Pablo Sánchez Domínguez

RESUMEN:

Si bien los intentos por resolver las dificultades y los límites entre lo normal y lo patológico han estado presentes a lo largo de mucho tiempo, a fines del siglo XV el cambio fue drástico. En 1993, Miller citando a Foucault, señala que durante la edad media, el loco podía moverse con libertad e incluso ser visto con respeto, tiempo después con la llegada del renacimiento se inició una serie de experimentos con la finalidad de establecer un conocimiento al respecto (Foucault, 1993; Álvarez y Pena, 2007). Con la llegada del siglo XIX el mayor énfasis se colocó en el estudio de la locura, esta nueva forma de saber sobre la anormalidad, tendrá como marco de referencia las verdades inmemorables del positivismo y el nacimiento de la psiquiatría moderna3 (Foucault, 1993). Los “avances” que a lo largo del siglo XIX se generaron, establecieron al menos dos condiciones: en primer lugar, la consolidación de criterios ideológicos4 sobre las enfermedades mentales y en segundo, la elaboración hipertrófica de una nosografía psiquiátrica (Álvarez et al, 2007).Estos progresos no fueron sin consecuencias prácticas, se sabe que durante estos periodos las batallas interminables entre psiquiatras y médicos se daban con regularidad, de tal manera que al presentar sus informes diagnósticos estos no mostraban criterios homogéneos en torno a un mismo sujeto, por el contrario, cada cual con sus argumentos trataba de defender sus conclusiones científicas (Foucault, 2009).
Será este contexto en el cual se desarrolle nuestro caso, un crimen por parricidio llevado a cabo por Pierre Riviére en 1835, este hecho fue documentado por Foucault y presentado originalmente en 1973, Riviére plantea sintéticamente -sin saberlo- una serie de dificultades presentes en los montajes normativos de su época, en lo correspondiente a la
imputación de la responsabilidad criminal. Los discursos sobre la locura se conjugaron alrededor del caso, encaminando al acusado a la conmutación de su condena, desarticulando por completo el acto criminal de la construcción subjetiva que para él representaba. Su móvil quedará identificado con la locura, actuando de esta manera, la medicina legal, la psiquiatría y la jurisprudencia como intérpretes no sólo del acto sino también del sujeto.

DESCARGAR PDF

 

Comparte en redes

Facebook
Twitter
WhatsApp

Te puede interesar

Scroll al inicio
Ir arriba