Autor: Dr. Bismarck Pinto Tapia
RESUMEN:
A lo largo del tiempo, la juventud y la música han tenido una estrecha relación ya que, la música, además de marcar una etapa de vida, se ha encargado de representar cada generación a partir de un contexto social, histótico, y cultural. Ésta manifestación artística ha permitido la identificación de generaciones enteras no solamente a nivel colectivo, sino también a nivel individual (Rentfrow y Gosling, 2003).
La constante interacción con ciertos tipos de música hace que el oyente asimile, e incluso en algunos casos se atribuya, características afines a ésta ya sea a través de la filosofía de vida de sus intérpretes o del mensaje que su música transmite y posiblemente, desde el contexto en el que se la interprete. Además de asimilar ciertas características, se piensa en la posibilidad que exista cierta relación entre los intereses musicales y la personalidad del individuo qu la escucha ya que, por alguna razón en particular, existen estilos musicales preferidos y otros ignorados (Saró, 2003).
El escuchar música, es una actividad que no solamente se realiza para acompañar otras actividades como ser el trabajo, tomar un café, animar una fiesta, etc., sino que también se puede hacer de una manera más seria dedicando todo el tiempo exclusivamente a esto. Sin embargo, el principal objetivo es crear un Ambient agradable para el individuo, en el cual se sienta cómodo y a gusto en una investigación realizada en la Universidad de Sevilla referente a las aficiones musicales de los alumnos de las Licenciaturas de Magisterio, se afirma que las aficiones músicales, y por consecuente, la audición de un determinado estilo de música, en el común de las personas, se realiza en el tiempo libre, momentos en el que una persona tiene la disponibilidad y libertad de realizar la actividad que mas desee o que más disfrute. Es una elección no una imposición ni de un deber que cumplir (Saró, Ob. Cit.).